Rinden homenaje a 12 policías federales asesinados en 2009 en Michoacán

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Fecha: 2 de Marzo de 2015 a las 16:30:13

Arteaga, Mich., a 02 de marzo de 2015.- Tras la captura de Servando Gómez "La Tuta", último líder del cártel de "Los Caballeros Templarios", autoridades del Gobierno Federal realizaron ayer domingo una ceremonia para recordar a los 12 agentes federales, cuyos cuerpos fueron encontrados el pasado julio de 2009, y que fueron asesinados a manos de criminales del cártel de “La Familia Michoacana”.

El homenaje en el que se montó una ofrenda floral, y que se llevó a cabo a la altura del kilómetro 188 de la carretera que va de Cuatro Caminos a Lázaro Cárdenas, contó con la presencia del comisionado nacional de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos, y el comandante Regional de la PF, Francisco Israel Galván Jaimes, decenas de patrullas y helicópteros de las fuerzas federales.

Ahí, el comisionado de la PF emitió un mensaje de valor para los elementos caídos en cumplimiento de su deber, y en relación con la captura de Servando Gómez Martínez “La Tuta, líder de Los Caballeros Templarios, principal sospechoso de la muerte de estos 11 varones y una mujer el 13 de julio de 2009, que fueron “levantados”, torturados y ultimados precisamente durante labores de inteligencia para dar con el líder criminal.

“Es simbólico hoy venir aquí, acordarnos de nuestros compañeros a decirles cumplimos con ellos, con sus familias, con la Policía Federal, cumplimos con los michoacanos, cumplimos con el país. Hoy están en la cárcel, los responsables de que perdieran la vida nuestros compañeros y es altamente significativo, que estemos aquí diciendo, cumplimos con el deber”, manifestó el comisionado federal.

Posteriormente, a bordo de cinco helicópteros de la Policía Federal, las autoridades se trasladaron al Rancho La Cucha, lugar que sirvió como escondite de “La Tuta”, y que se encuentra ubicado en la zona montañosa de la sierra de Aguililla, en la Sierra Madre del Sur, en donde Enrique Galindo emitió otro mensaje.

"Ellos tenían todas las ventajas para evadirse, para esconderse, para operar, tenían un gran cerco que es la naturaleza, la sierra. Ellos podían huir, moverse, esconderse o atacar. Hubo muchas emboscadas a la autoridad aquí, por que conocían el terreno, lo dominaban, veníamos a sus territorios. Aquí mismo, otros criminales fueron detenidos, era su espacio de confort, el lugar más seguro para ellos".

Finalmente, se trasladaron hasta una de las cuevas que sirvió como casa de seguridad para los delincuentes, ubicada en los límites de los municipios de Arteaga y Tumbiscatío, en la Sierra Madre del Sur, lugar en el que los delincuentes colocaron una puerta metálica y la cual cuenta con 300 metros de largo y una laguna subterránea.