Morelia, Mich; 21 de octubre de 2016.- Las organizaciones adheridas al Frente Cívico Social manifestamos un enérgico rechazo a los actos de constante violencia que se han registrado en las dependencias universitarias.
Resulta preocupante que a más de 50 días de paro por parte de quienes exigen hacer uso de un derecho constitucional: el derecho a la educación, la respuesta de las autoridades no resulten en la lógica y se dediquen a amenazar, golpear y comprar conciencias.
El conflicto que se pudo resolver desde antes de los exámenes de admisión ha crecido a tales dimensiones, que es claro que, la actitud de prepotencia y discriminación de autoridades no los ha llevado a nada, pues son ellos los únicos responsables de la actual situación.
A los sindicatos y organizaciones sociales nos une el interés común en la defensa de la educación pública, laica y gratuita, tal y como lo establece la constitución mexicana.
Rechazamos y condenamos los actos violentos que protagonizaron funcionarios de la Universidad Michoacana en su intentona provocadora, por desalojar a los paristas de Ciudad Universitaria y la Facultad de Medicina; debe imperar siempre la serenidad, la cordura y el diálogo en la búsqueda de la solución a los problemas y conflictos que se nos presenten: ya lo habíamos advertido antes, la violencia sólo provoca más odios y eso dio como resultados más enfrentamientos en los días consecuentes.
Tal parece que los llamados del Rector de la Universidad Michoacana, doctor Medardo Serna González no han sido escuchados ni por sus propios funcionarios, pues constantemente ha declarado que no es desalojando con violencia a los paristas como se va a resolver el problema de la toma, que se hará apegados a lo que establecen las leyes respectivas, esperamos un pronunciamiento del Rector respecto del actuar de sus funcionarios. A todos nos queda claro que los sucesos del martes pasado no fue un intento de “rescate de las instalaciones”, sino que fue un intento de desalojo violento.
Al gobierno del estado solicitamos que sea garante de los recursos que se requieren y se manejan dentro de la Casa de Hidalgo para incrementar las matrículas y no irlas disminuyendo, pues es claro, que en las comunidades indígenas muchos jóvenes se han quedado sin la oportunidad de estudiar una carrera profesional.
No es con denuncias penales, enfrentamientos o sanciones hacia los rechazados o entre los mismos rechazados como se solucionará el conflicto, se equivocan las autoridades y los resultados ahí están.
Vemos a nivel nacional, una exclusión de las clases marginadas por una supuesta búsqueda de la excelencia, lo que conlleva el germen de la degradación social, desequilibrios, violencia, discriminación y precariedad laboral; otras instituciones abren el llamado semestre cero y las autoridades no discutieron la opción antes de imponer su sistema de ingreso que disminuye matrículas.
Por ejemplo, por 30 lugares que se piden en Medicina cuando hay 20 secciones y pueden recibir a uno o dos alumnos, se están sumando días perdidos de clases, heridos en confrontaciones, daños a inmuebles y esperamos no se arriesguen más vidas.
Exigimos un alto a la confrontación, diálogo resolutivo y un alto a los intereses políticos que se mueven en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y que pretenden desfalcar su carácter público, laico y gratuito.