¡Lo que la gente cuenta…! y es verdad!

¡Lo que la gente cuenta…!  y es verdad!
Autor: El Muxe / Noventa Grados | Fecha: 17 de Julio de 2017 a las 18:10:30

Morelia, Mich. a 17 de julio de 2017.- Es de todos los michoacanos conocido el pésimo actuar de nuestras autoridades en lo que a procuración de justicia se refiere; hemos visto detener a gente inocente, plantar evidencias, crear operativos fuera de la ley, molestar a la gente inocente y los hemos visto reclutar delincuentes al por mayor, sin embargo, ahora ya han rebasado todo lo que pensamos fuera imposible de superar.

Hoy en día, sabemos que son traidores entre ellos mismos, siempre están en busca del poder y el dinero, pero ahora se matan entre ellos también; lo cual sería bueno si no estuviéramos los michoacanos de por medio, y el que les quiten el poder o el dinero, obviamente los enfurece y recalan con la gente más vulnerable. Nosotros.

Hace algún tiempo, hay una historia que muestra otra manera del trabajo que estos “Policías chilangos” tienen, resulta que en cierta ocasión estos tipos presuntamente, detuvieron a unas personas que circulaban por calles de nuestra ciudad a bordo de un vehículo tipo “Charger” color rojo de lujo, hasta ahí todo sería normal, pero la verdad es que este vehículo con sus dos ocupantes ingresó presuntamente en las instalaciones de la Procuraduría General de justicia de nuestro estado, con ellos en el interior y al día siguiente aparecieron muertos.

Esta historia que presuntamente deja ver el proceder de los “Policías chilangos”, y como a través de golpizas intentan sacar confesiones, las cuales en muchos de los casos se les salen de control, matando o lesionando gravemente a los presuntos inculpados, no es suficiente con el hecho de presuntamente haber matado a tanta gente, ahora presuntamente, simplemente van y los abandonan en la calle, o en hoteles baratos.

Las teorías básicas de una conspiración en torno a José Martín Godoy Castro y su gente, tarde o temprano saldrán a la luz, y si exactamente existe una conspiración en su contra, pero provocada por él mismo y entre sus más allegados colaboradores. Que, siguiendo sus buenas costumbres, tarde que temprano le traicionarán cual viles ratas en el barco que se hunde.

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