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MensajearHuetamo, Mich., a 30 de agosto del 2020.- Municipio colindante con el estado de Guerrero, Huetamo ha sido escenario este año del asesinato de un periodista y dos masacres con 20 víctimas, a manos de la delincuencia organizada, crímenes que han sido incluso condenados por la UNESCO, pero que hasta hoy están impunes. La Administración municipal, en manos de Juan Luis García Conejo, hermano del gobernador Silvano Aureoles Conejo, ha pasado desapercibida con ayuda del gobierno del estado, que oculta la grave lucha del crimen organizado en ese territorio disputado por La Familia Michoacana y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Fue el pasado 30 de noviembre que se denunció el secuestro de Fidel Aviña Gómez, periodista de radio y televisión, locutor y gerente de la estación de radio “KeBuena Huetamo”.
Él fue privado de la libertad en Ciudad Altamirano, Guerrero, donde se encontraba en el marco de la expo Feria Cultural y Ganadera, cobrando los contratos publicitarios de la radiodifusora con negocios locales.
El martes 7 de enero, sobre la carretera San Lucas – Huetamo, en las inmediaciones de la comunidad El Tamarindo, perteneciente al municipio que gobierna el perredista Juan Luis García Conejo, fue localizado el cuerpo del periodista, dentro del auto en el que viajaba cuando fue “levantado”.
Audrey Azoulay, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), condenó estos hechos y exigió el esclarecimiento del crimen.
“Condeno el asesinato de Fidel Ávila Gómez”, dijo la Directora General. “Hago un llamamiento a las autoridades para que garanticen una investigación exhaustiva de este asesinato y lleven a sus autores a juicio. El estado de Derecho debe ser respetado en interés de la libertad de prensa, piedra angular del debate democrático informado en cualquier sociedad”. Pero hasta hoy el crimen sigue impune.
Este hecho se dio a unas semanas de haberse intensificado las amenazas y enfrentamientos entre La Familia Michoacana y el Cártel Jalisco Nueva Generación, en los límites de Michoacán y Guerrero
Los municipios michoacanos de Huetamo y San Lucas han sido identificados como refugios y zonas de operación del líder de La Familia Michoacana Rodolfo Maldonado y/o José Pineda, también conocido por el apodo “El JP”, que además tiene su zona de influencia en Pungarabato (Ciudad Altamirano), Cutzamala de Pinzón, Tlalchapa, Coyuca de Catalán y Zirándaro, en Guerrero; su jefe de sicarios es Luis Navarro Peñaloza, alias “El Zarco” y/o “El 01”; ambos objetivos buscados por el Ejército desde 2012.
El 14 de febrero, en el Rancho Los García, en la comunidad Purechucho, Huetamo, fueron localizados los cuerpos sin vida de 8 personas, con huellas de tortura y heridas de bala. Dos de los asesinados tenían identificaciones de Guatemala. Presuntos militares en su país, los extranjeros habrían sido contratados por La Familia Michoacana para entrenar a sus sicarios, en el rancho donde se cometió la masacre.
Dos meses después, el 19 de abril, Silvano Aureoles visitaba Huetamo en medio de un fuerte despliegue militar, encargándose los soldados de “limpiar” el municipio del crimen organizado -en especial contra el Cártel Jalisco- un mes antes de la visita del mandatario estatal.
Del primer resultado de este operativo especial se informó el 19 de marzo y el 14 de abril, cinco días antes del arribo del Gobernador, se reportó el aseguramiento más espectacular, al Cártel Jalisco Nueva Generación y su líder regional “Chito Cano”.
En ese lapso se aseguraron 5 mil 697 cartuchos útiles, 132 cargadores, 20 armas de fuego –la mayoría de grueso calibre- y más de una veintena de explosivos, entre granadas de fragmentación y explosivos artesanales.
Pero todo fue para garantizar la seguridad del Gobernador -más no del alcalde Juan Luis García Conejo que parece vivir muy tranquilo en ese municipio- y luego de la visita de Aureoles Conejo, el mes posterior no se reportó ni un aseguramiento.
La mayor evidencia de la simulación oficial se dio el 23 de mayo, cuando una camioneta fue abandonada en la carretera Huetamo – San Lucas, hallándose en ella los cadáveres de 12 personas, junto con un narcomensaje.
El crimen fue reivindicado por La Familia Michoacana, y en esta ocasión las víctimas fueron familiares de miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación y sicarios de ese grupo delictivo, asentados en el estado de Guerrero.
Estas dos masacres, minimizadas por el gobierno de Silvano Aureoles Conejo, siguen impunes y en el olvido oficial, pues el gobernador se encuentra ya en campaña proselitista, igual que sus hermanos Juan Luis y Antonio García Conejo, ocultando la violencia e impunidad que se viven en Michoacán en sus Gobiernos, con miras al proceso electoral 2021, donde estos últimos buscarán nuevos cargos de elección popular.
Para ello Silvano Aureoles también ha acomodado otras fichas como el empresario constructor, secretario de Gobierno y alcalde con licencia de Zitácuaro, Carlos Herrera Tello, y el acalde con licencia de Uruapan que convirtió recientemente en dirigente del PRD, Víctor Manuel Manríquez, así como funcionario estatales acusados de corrupción y enriquecimiento ilícito -como es el caso del encargado de despacho de la Dirección de Tránsito y Movilidad de Michoacán, Jorge Alvarado Serrato, que es de su entera confianza-, los cuales el Gobernador espera que lo respalden política y económicamente cuando busque la candidatura de la Presidencia de México en 2024.
