Del efecto López al efecto dominó

Del efecto López al efecto dominó
Autor: Óscar Tapia Campos / Noventa Grados | Fecha: 19 de Febrero de 2020 a las 07:05:00

Morelia, Mich., a 19 de septiembre del 2020. - El señor López se vendió muy bien durante 18 años, para finalmente acceder a la presidencia de la República demoledoramente, porque alcanzó los porcentajes de votos ciudadanos más altos de la historia. Para lograrlo echó mano de todas las argucias que tuvo a su alcance, desde promesas incumplibles, satanizaciones a diestra y siniestra, intrincados sistemas de promociones en redes sociales, presencia permanente en los medios de comunicación masiva sin que le costara un cinco, ocurrencias, muchas ocurrencias, y bastante leña a la lumbre de las polarizaciones.

De suyo, el señor López se convirtió en un efecto contundente, de tal manera que su nombre y su persona alcanzaron tal aceptación que se convirtió en un ídolo omnipresente para muchísimos mexicanos de los muchísimos más que estábamos hartos de la creciente corrupción imperante, el abuso del poder y el latrocinio descarado y desmedido que colocó a nuestro país en un caos de dimensiones todavía no cuantificadas.

En efecto, López detonó en las urnas, no sólo en su favor sino también en el de todos aquellos que, vivillos desde chiquillos, se acogieron a la sombra de su popularidad. Y como él no tenía estructura de partido, ni cubría todo el territorio nacional con su movimiento, aceptó a tirios y troyanos, verdes, tricolores, amarillos y azules para armar su capital de candidatos, sin importarle los antecedentes de ellos.

Y sí, el primero de julio de 2018, la gente acudió a las urnas, la gran mayoría para votar por todo lo que oliera o pareciera López. Alrededor de 30 millones de votantes sufragaron por quien fuese, siempre y cuando apareciera al lado de aquel que prometía ser el salvador de México. Nada les importaba el nombre del candidato a diputado, senador o presidente municipal, nada, sólo que estuviera apadrinado por su redentor.

eso “ganaron” las elecciones tantos chapulines, de esos que se han especializado en saltar constantemente hacia donde encontrarán votos de rebote. Por el efecto López tuvieron triunfos hasta quienes eran despreciados en el municipio, el distrito o la región donde contendieron.
Hoy, a poco más de un año de gobierno del señor López y de los chapulines que lo acompañan (desde luego que con honrosas excepciones) el desangelamiento se apodera día con día de más amplios sectores de la sociedad mexicana, debido a la política errónea y a la gestión fallida en todos los rumbos del ejercicio de gobierno, no sólo del ídolo de aquella mayoría del primero de julio de 2018, sino también por las incapacidades galopantes de presidentes municipales, diputados y senadores elegidos por votos de rebote.

De seguir con esa tendencia a la baja tanto el titular del Ejecutivo Federal como sus beneficiarios políticos, podría darse un efecto dominó de consecuencias tan demoledoras como las del efecto López del 2018. Máxime que don Andrés ya no aparecerá en las boletas, por más que intentó meterse injustificadamente con el pretexto de una consulta popular para revocación de mandato, afortunadamente el Instituto Nacional Electoral (INE) hizo valer la ley y no lo permitió.

Así que, o los chapulines que ocupan cargos de elección popular y quienes entraron por la tramposa vía de las plurinominales se ponen las pilas y empiezan a entregar resultados evidentes y sólidos, o el efecto dominó seguirá gestándose día con día para poner a otros nuevos elegidos en los gobiernos en el 2021. 

Conste, señores chapulines y señoras chapulinas, la advertencia está hecha y no tiene vuelta de hoja, o se ponen a trabajar y a transparentar sus ejercicios de gobierno o se los llevará patas de cabra políticamente durante las próximas elecciones en un efecto dominó de proporciones gigantescas. Tiempo al tiempo que el tiempo vuela. Así sea.

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