"Alfredo Castillo, Martín Godoy Castro y el Yanky" los “pendientes” de llevar ante la Justicia por las Injusticias 

"Alfredo Castillo, Martín Godoy Castro y el Yanky" los “pendientes” de llevar ante la Justicia por las Injusticias 
Autor: Redacción / Noventa Grados | Fecha: 18 de Julio de 2018 a las 07:25:00

Morelia; Mich., 18 de julio del 2018.- Luego de la abrupta e inesperada salida de Alfredo Castillo Cervantes del estado de Michoacán, a 16 días de la llamada “matanza de Apatzingán”, -¿coincidencia?- el cargo al frente de la Anticonstitucional Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral en el Estado de Michoacán, quedó en manos de Pedro Felipe Gurrola Martínez, quien hasta ese momento era el comandante de la XII Región Militar que aglutina a los estados de Guanajuato, Querétaro y Michoacán, al igual que su antecesor dejó pendiente un asunto por demás complicado y escabroso, la “matanza de Tanhuato”.

Antecedentes, la versión oficial

A las 8:30 horas del día 22 de mayo de 2015, policías federales fueron agredidos cuando circulaban por la autopista Nogales-México, tramo Guadalajara-Ecuandureo, por un grupo de personas armadas que viajaban a bordo de una camioneta blanca Tacoma, Toyota, lo que desató una persecución hasta el Rancho del Sol.

Esa misma  versión señalaba que los civiles armados habrían estrellado su camioneta contra un árbol, se bajaron corriendo del vehículo y se introdujeron a la casa, donde se intensificó la refriega. Más tarde llegarían refuerzos incluido un helicóptero con doble ametralladora.

Como resultado de esta acción 42 presuntos delincuentes perdieron la vida, así como un policía federal.

Informe de la CNDH

Según el recuento de los hechos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, todo comenzó el 21 de mayo de 2015 cuando la administradora del rancho El Sol denunció que el 17 de ese mismo mes un grupo armado de entre 25 y 30 sujetos habían roto el candado de acceso e ingresaron al inmueble.

Esto derivó en que el ministerio público requiriera a elementos del Operativo Jalisco de la Policía Federal la investigación de los hechos.

Entre las 6:20 y las 7:30 horas del 22 de mayo, sobre la carretera Nogales-México, en el tramo Guadalajara-Ecuandureo kilómetro 371, elementos de la Policía Federal realizaban actividades de patrullaje cuando civiles armados les dispararon a bordo de una camioneta Toyota blanca.

Los elementos repelieron el fuego y comenzó una persecución que terminó hasta el rancho El Sol, donde la camioneta blanca se impactó contra un árbol, lo que dio inicio a la balacera en el rancho.

Cuando comenzó, la mayoría de los supuestos criminales aún estaban dormidos luego de una fiesta, esto, según exámenes toxicológicos practicados a los cadáveres y al hecho de que 17 de ellos murieron descalzos, incluso uno de ellos apenas con una trusa.

El rancho El Sol se convirtió en un campo de guerra: más de 2 mil 600 casquillos fueron percutidos y una lanzacohetes quedó sin detonar. Por cada persona presente en los hechos se hicieron 19 disparos en el terreno de 112 hectáreas.

En un inicio, según el recuento de la CNDH, arribaron al lugar 41 elementos, pero luego de que un policía muriera y otro fuera herido, mandos policiacos pidieron apoyo, arribando otros 54 agentes de la Policía Federal y un helicóptero artillado a las 8:30.
Después de al menos dos horas de balacera, el operativo acabó entre las 9 y 9:45.

Por como se encontraron los cadáveres y los exámenes de balística, 15 de los muertos tenían a sus atacantes de frente, sin que se pueda saber las circunstancias exactas de cómo murieron. Sin embargo, el resto de los muertos tenían otras historias que contar sobre el supuesto abuso policiaco de aquella mañana.

Según la CNDH, 13 muertos estaban de espaldas a sus victimarios, en una posición de desventaja y vulnerabilidad. De estos, 8 fueron asesinados mientras cruzaban una parcela, como si intentaran huir. Varios de ellos con disparos en la cabeza.

Otros 5 fueron ejecutados con balas que fueron en trayectoria descendente, presuntamente ultimados por las balas del helicóptero artillado.
Uno más fue quemado mientras aún estaba con vida. Otro presentaba lesiones propias de un atropellamiento.

Dentro de la casa dos más fueron ejecutados mientras estaban en cuclillas y a otro le dispararon en la cabeza y la pierna.
Otros dos murieron mientras se escondían detrás de una palmera.

Uno más, que estaba escondido en una bodega, murió calcinado, luego de que el artillero del helicóptero disparó hacia la estructura 4 mil proyectiles, lo que provocó un incendio.

La Procuraduría General de Justicia del Estado de Michoacán tardó cuatro horas en llegar a Tanhuato, tiempo que, según la CNDH, los elementos de la Policía Federal utilizaron para manipular y alterar la escena del enfrentamiento y sembrar armas en 16 cadáveres y mover de su lugar a siete.

También esas horas fueron utilizadas por los policías para torturar a los tres detenidos, a quienes obligaron a presenciar la ejecución de los tres sicarios al interior la casa para después golpearlos. A uno de ellos lo encañonaron en la cabeza.

Luego de todo lo anterior a tres años y meses de aquel hecho nada se ha resuelto, nada se ha respondido, nadie, si es el caso, ha pagado por lo sucedido, lo cierto es que de acuerdo a como era de todos sabido operaba el comisionado para seguridad, difícilmente no se enteró de que iba a suceder y de cómo iba a pasar.

Preguntas, si muchas más que respuestas en las dos matanzas, Apatzingan y Tanhuato.

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