187 años han pasado desde que murió Vicente Guerrero

Morelia, Mich; 14 de febrero de 2018.- El presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar encabezó la ceremonia cívica que realizó el Ayuntamiento para conmemorar el 187 Aniversario Luctuoso del General Vicente Ramón Guerrero Saldaña".

El orador oficial fue el Director de Asuntos Interinstitucionales y Cabildo, Germán Martínez Ramos, quien recordó que el generalísimo don José María Morelos, el vallisoletano Siervo de la Nación, describió como “un joven de rostro broncíneo, alto y fornido, de nariz aguileña, los ojos vivos y claros y de grandes patillas”.

Vicente Guerrero nació en el año de 1782, en el poblado de Tixtla, por las montañas del sur; por sus venas corrió la sangre que fue resultado de las castas india, española y negra; hijo de Juan Pedro Guerrero y María Guadalupe Saldaña, en su infancia, don Vicente ayudó a su familia, por lo que sus primeros años transcurrieron al lado de su padre que tenía el oficio de arriero, lo cual lo formó física y moralmente. 

Don Lorenzo Zavala menciona que los defectos en la educación del pequeño Vicente, los errores del lenguaje y algunos modales rústicos, imprimieron gran timidez a la personalidad de Guerrero, no obstante también reconoce en la personalidad de este gran insurgente, a un “hombre dotado de una exquisita susceptibilidad, en los asuntos graves obraba con un impulso extraordinario y pasaba sobre sus defectos como sobre ascuas, para manifestar sus opiniones y sus sentimientos”.

La familia Guerrero, con el tiempo estableció lo que, en el presente, llamaríamos una compañía local de transportes, ya que eran dueños de varios animales que servían para trasladar mercancías en el litoral del Pacífico mexicano.

El carácter fuerte y formal de este gran libertador fue el resultado de los viajes que realizó al servir como arriero.

Guerrero conoció, durante su trabajo, los pueblos marginados, y muchas veces hasta incomunicados por los que tenía que desarrollar sus actividades; al percatarse de la problemática social generalizada que prevalecía durante el Virreinato de la Nueva España, entendió y se concientizó de lo que era la injusticia social.

Corría el año de 1810 cuando el cura Morelos comenzó a reclutar gente. Guerrero, que para esa fecha tenía 27 años de edad, se puso a las órdenes del generalísimo Don José María Morelos y en mayo de 1811 ingresó al batallón de Hermenegildo Galeana.

Con la muerte de Morelos, en 1815, la lucha independentista se tornó un tanto desolada para Guerrero, pues poco a poco los jefes insurgentes fueron cayendo, lo que debilitó, y en algunos casos, disolvió las numerosas guerrillas rurales que se habían levantado a lo largo del país.

Sin embargo, supo defender y proteger al Congreso de Chilpancingo, gracias al conocimiento que había adquirido en los muchos recorridos que había hecho durante su juventud, que le dieron la oportunidad de tener el conocimiento de la geografía y las diferencias culturales entre las zonas que visitaba, conocimiento y preparación que supo aprovechar durante la lucha insurgente,.

Las autoridades coloniales buscaban convencer a Guerrero de aceptar un indulto, mismo que fue enviado por medio de su padre don Juan Pedro, partidario del realismo español, para que intentara convencerlo de deponer las armas. Nada hizo cambiar las ideas del general insurgente, ni siquiera los ruegos de su padre, de rodillas y con lágrimas en los ojos, a las que Guerrero repuso aquella frase histórica que hoy engalana el pleno del Senado de la República: "Señores, éste es mi padre, ha venido a ofrecerme el perdón de los españoles y un trabajo como general español. Yo siempre lo he respetado, pero la patria es primero".

Guerrero siempre mantuvo el control durante las batallas que libró, su estrategia fue cercar y obstaculizar las salidas del ejército opositor, por lo que muchos historiadores lo reconocen como el único insurgente invicto, a pesar de que el jefe del ejército realista, Félix María Calleja lo tuvo siempre en la mira.

En 1820, Guerrero, como jefe de la insurgencia e Iturbide como jefe del ejército realista, comenzaron un intercambio de correspondencia en donde presentaban sus argumentos en busca de conciliación y del interés superior de la nación

En abril de 1829, Vicente Guerrero asumió el cargo de presidente de la República Mexicana. Durante su breve administración, impulsó la creación de escuelas públicas y un plan nacional de educación gratuita, gestionó una reforma agraria favorable a los campesinos, promovió el desarrollo de la industria remarcando que era necesario "poner en movimiento" los recursos naturales del país y generar empleos para que los brazos mexicanos "no se debiliten en el seno de la ociosidad", creó un centro nacional de atención para los inválidos producto de las guerras, llamó a impulsar el comercio interno y con otros países, así como otros programas de naturaleza liberal y, además, enfrentó de nueva cuenta a las tropas peninsulares, quienes pretendieron infructuosamente recuperar a México para la Corona española durante los años posteriores a la consumación de la Independencia.

No obstante, para entonces, la lucha histórica entre sectores y bandos políticos e ideológicos nacionales por la conquista y la conservación del poder, tomaba esa fuerza que tendría al país durante casi todo el siglo XIX sumido en el constante conflicto político y militar, y Guerrero sería víctima de dichas vicisitudes que siendo aprehendido en 1832, por órdenes del Gobierno de Bustamante, a bordo del bergantín “El Colombo”; y posteriormente llevado a Huatulco, donde se formó un Consejo de Guerra que finalmente lo condenó a la pena de muerte, fusilándole en la villa de Cuilapan, la mañana del 14 de febrero de 1831.