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MensajearUruapan, Mich., 28 de mayo de 2020.- A pesar de que en la comunidad de Nuevo Zirosto hay carencias, los habitantes, sin ayuda de alguna autoridad, se organizaron y armaron paquetes alimentarios para comunidades aledañas de extrema pobreza.
El objetivo es que nadie se quede sin comer a su alrededor, así como evitar que salgan de sus casas y se pongan en riesgo ante el contagio de coronavirus.
Cada año, en esta comunidad del municipio de Uruapan, Michoacán, agasajan a niños y madres, en sus celebraciones. Hoy, su ayuda humanitaria rebasó fronteras.
Decidieron que en esta ocasión, la meta fuera la colecta y repartición de 10 mil despensas, para pueblos vecinos, olvidados y marginados en esta pandemia.
NO SE RAJAN
Con el sol a plomo y sin descuidar las medidas sanitarias, empezó el trabajo la familia Soto Sanabria.
Esta familia es integrada por cinco integrantes: papá, mamá y tres jóvenes hijos que desde hace más de una década, se sumaron a las labores altruistas de ese lugar.
La vida les cambio cuando el jefe de familia dejó los vicios. A partir de ese momento, se convirtieron en un núcleo unido y solidario con los demás.
Mientras toma un respiro durante la entrega de despensas, el hombre, considera que es importante inculcar a las personas, el valor de la ayuda, desde la niñez.
El hombre de porte firme y noble mirada, empezó esa labor de ayuda, junto con su familia, hace 10 años. Después se les unieron más personas y ahora, todo el pueblo.
“Yo al igual que todas las personas de las comunidades conozco lo que es no tener para llevarles de comer a la familia”, relata con nostalgia.
Considera que el trabajar de sol a sol, el estar hundido en el vicio, es una lección aprendida.
“Pero si la vida te da una oportunidad de salir adelante, tienes que hacer el bien y ayudar a la gente que se pueda”, señala frente a sus nietos que también lo acompañan.
Para el agricultor, la humildad, el respeto y la compasión por sus semejantes, son pilares para que en un futuro, los hijos, sean hombres y mujeres de bien; útiles en la sociedad.
LA AYUDA LLEGÓ
Luis Manuel Soto recordó la primera vez que llegaron a la comunidad de Santa Rosa, hace 10 años y encontraron un panorama desolador.
“En verdad las familias necesitan ayuda, no había luz; sigue sin haber agua”, explicó.
Las casas en su mayoría están construidas con madera y un tejado de lámina.
En este lugar de la Meseta Purhépecha, viven cerca de 300 personas, entre niños, jóvenes y adultos. Todos indígenas.
Solo unos cuantos entienden el español, pero su principal problema es la extrema pobreza y conseguir agua potable, por la que tienen que caminar varios kilómetros.
Hace cinco años que no acude a esta comunidad algún político, solo las familias que año con año les llevan juegues y ropa a los niños; ahora despensas.
Esas fueron las palabras que soltó Celia Martínez, quien con ayuda de un traductor, platicó con este medio de comunicación.
Contó que hasta este momento nadie les ha dicho nada sobre el Coronavirus. No tienen información, pero sí una repercusión: tienen que estar confinados.
La Asociación Yo Amo Uruapan, urgió a que las autoridades de los tres órdenes de gobierno presten atención a estas comunidades marginadas.
“Lamentablemente las autoridades que se deberían de encargar no lo están haciendo. Están dejando que la gente vaya y les solicite una dadiva”. Expresó
ellos (políticos) no conocen la verdadera situación, la cual calificó muy triste”.
DEJAN SUS ARMAS PARA ARMAR DESPENSAS
La sorpresa la dieron un grupo de seis elementos de la Policía Municipal de Los Reyes, que llegaron para ayudar en el armado de las despensas.
Los policías se colocaron guantes y cubrebocas; dejaron sus armas a un lado y comenzaron a combatir la pobreza, la necesidad, el hambre, ante un sol que quemaba sus rostros.
Solo paraban para beber un trago de agua, limpiarse el sudor y continuar.
“Qué bonito se siente ayudar” dijo uno de los policías cuando se dirigían a entregar las despensas a las comunidades.
En los poblados a donde llegaron, los oficiales vigilaron que las personas tomaran su sana distancia y evitar el contagio.
Cada policía cargaba hasta cuatro despensas que dejaron al pie de cada madre de familia.
A pesar del desaire hecho por el Secretario de Seguridad Pública en el estado Israel Patrón Reyes, pues el funcionario no quería repartir las despensas, solo llevarse los camiones a la capital michoacana.
SE UNE ASOCIACIÓN
La asociación civil “Yo Amo Uruapan” también apoyó a la comunidad de Nuevo Zirosto con el armado y entrega de despensas.
El coordinador de la asociación, Miguel Ángel, indicó que en Michoacán en estos momentos la estamos pasando mal, a pesar de que el gobierno entrega apoyos.
Consideró que por más que quiera no van a alcanzar las despensas.
“Entonces, nosotros apoyamos y respaldamos estas actividades que son altruistas”.
Incansablemente los jóvenes comenzaron a llenar las bolsas de plástico con los artículos de primera necesidad que ahí se encontraban para después cargar las camionetas en las repartidoras.
“Buscamos que la sociedad no se sienta sola y abandonada ante esta pandemia que ha dejado sin empleos y sin sustento a cientos de personas en el estado”, dijo.
“No importa a donde tengamos que ir con tal de ayudar a la ciudadanía”, enfatizó el presidente de la asociación.
Esta acción fue traducida por los rostros de agradecimientos de los beneficiarios de esta acción comunitaria.
