Crisis, inanición y trampas del poder en la Universidad Michoacana

Crisis, inanición y trampas del poder en la Universidad Michoacana
Autor: Óscar Tapia Campos | Fecha: 21 de Abril de 2018 a las 12:05:22

Morelia, Mich., a 21de abril del 2018.- Yo creo, digo, nada más creo, mal pensado que soy, que nuestra máxima casa de estudios en Michoacán está al borde de la quiebra, es decir de su desaparición, no es más que una consecuencia lógica de las trampas del poder que la tiene secuestrada desde hace décadas. Y lo grave del tema es que no se ven visos de solución, porque la han convertido en un barril sin fondo, por lo que no habrá presupuesto que le alcance, ya que por ese tonel se le escapan todos los recursos económicos como se escapa el agua entre los dedos de las manos.

La falta de conciencia, responsabilidad y compromiso institucional por parte de dirigentes sindicales, estudiantiles y hasta de la mayoría de sus académicos e investigadores más connotados la tienen al borde del precipicio, porque todos son parte de la misma problemática que provoca su sangría e inanición, ya que viven en estados de confort a costa de ella, sin que se consideren copartícipes de su grave situación.

La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo se hunde en aguas pantanosas de un círculo vicioso que le otorga beneficios exagerados y, por lo mismo, insostenibles a muchos de sus profesores y empleados, ya que le cobran hasta el modito de andar de cada uno de ellos durante su vida productiva y le siguen cobrando de la misma manera cuando entran a la página de jubilados, porque perciben al cien por ciento salarios y prestaciones como si estuvieran en activo.

Así, señoras y señores, es imposible que la Casa de Hidalgo salga de la crisis en la que está inmersa, porque hay que seguirles pagando el cien por ciento a los que se van y el cien por ciento a los que llegan, con lo que las cuentas por conceptos de pagos se disparan escandalosamente día con día, lo que provoca que cada año sea insuficiente el presupuesto que se le asignó para su existencia y operatividad. Y eso sin contar las fugas a través de casa de estudiantes, viáticos exagerados, etcétera, etcétera, etcétera.
 
Mas como hay una bien estructurada y permanente trampa para tenerla siempre asfixiada, las autoridades universitarias en turno a lo único que atinan es a pedirles al gobierno estatal y al federal que aumenten los montos de los presupuestos.

Pero nunca de los nunca se ha dicho que se buscarán y establecerán otras estrategia para subsanar la situación; nada de pensarle, nada de comprometerse, nada de reconsiderar los pliegos petitorios, nada de estructurar y poner en práctica proyectos sustentables, nada de apretarse el cinturón, nada de revirar en sus pretensiones salariales, nada de nada. Ellos, todos, a exigir, exigir, exigir y exigir bajo los círculos viciosos de siempre, sin importarles ni un comino que la institución se vaya a pique.

Las trampas del poder son mantenidas a capa y espada contra viento y marea, porque de lo que se trata para dirigentes sindicales y autoridades universitarias es que todo siga igual para mantenerse en el estado de confort en el que se encuentran, y mejorarlo si se los permiten las autoridades estatales y federales.

¿Y cuáles son las trampas del poder? Simple, sencillo, pero inadvertidas para la mayoría de la gente, aunque seguramente no para las autoridades, porque el circulo vicioso es sostenido también por ellas. Esto es que sucede igual que con los diputados que ellos mismos se autorizan sus beneficios.

Las trampas del poder que tienen a la Universidad Michoacana como la tienen se gestan desde las dirigencias del SPUM y el SUEM, porque el rector y sus allegados están afiliados a uno u otro organismos, lo que implica que todo lo que se pida se autorice, porque quien ostenta la autoridad va a dejar el cargo y va a seguir como un sindicalizado más y también será recipiendario de todo lo que autorizó.

Así que cuando se sientan a negociar cualquier petición o exigencia los dirigentes sindicales con el rector y su equipo de trabajo, en realidad sólo es una reunión de los mismos con los mismos para acordar lo que le ha de beneficiar sustancialmente a unos y otros. Bendita autonomía universitaria a lo nicolaita.

Así, señores y señoras, nunca se encontraran soluciones adecuadas para la crisis económica de la Universidad Michoacana, porque no se encuentra lo que no se busca y no se corrige lo que no se quiere corregir. Digo, yo creo, mal pensado que es uno. Así sea.

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