“Huachigaseros” crean empresas fachadas para abastecer a comercios, transporte y viviendas

“Huachigaseros” crean empresas fachadas para abastecer a comercios, transporte y viviendas
Autor: Redacción / Noventa Grados | Fecha: 16 de Diciembre de 2019 a las 20:54:00

Ciudad de México, a 16 de diciembre del 2019.- Disfrazadas de empresas legalmente establecidas, delincuentes distribuyen gas LP robado de los ductos de Pemex, teniendo como principales compradores a tortillerías, transporte público y residencias. El aumento de casi 500% en el robo de gas, es paralelo a la creación de empresas gaseras, dijo un líder del ramo.

“Ha sido alarmante el crecimiento de cómo llegan a las empresas afiliadas a nuestra organización a ofrecer producto, a precios irrisorios”, dijo Víctor Figueroa, presidente de la Asociación de Distribuidores de Gas LP (ADIGAS).

Señaló que los empresarios legales compran a Pemex el gas y lo comercian en alrededor de 10 pesos por kilo, mientras que los “huachigaseros” lo venden a la mitad, 5 pesos.

En los primeros nueve meses de 2019, aumentó el robo de gas en México casi en 500%, respecto al mismo periodo de 2018.

De acuerdo con los últimos datos disponibles de Petróleos Mexicanos, las tomas clandestinas de gas LP pasaron de 150 a 877, en el citado periodo.

“Si tanto se ha multiplicado el ilícito, en algún lado se está vendiendo el gas, los bandidos no se roban 10 o 15 toneladas para ir a guardarlas a sus casas, sino para venderlas, convertirlas en dinero y subsidiar otras fechorías”, explicó.

Cuestionado sobre cómo operan estas estructuras de la delincuencia, Víctor Figueroa señaló que “Son empresas fachada. Basta una vuelta por la ciudad para ver cómo están proliferando marcas patito: Gas González, Gas Escalera, Gas esto, Gas lo otro, pura simulación, pintan vehículos con esos nombres y listo, han inundado la zona metropolitana del Valle de México”.

Los principales compradores del gas robado son las tortillerías, uno de los negocios más extendido en el Valle de México, así como organizaciones de transportistas y las residencias.

“Sabemos que cuando se le da entrada al producto ilegal, los empresarios se convierten en rehenes del delincuente: si entran a comercializar producto robado, ya no se pueden salir, porque el delincuente tiene forma de chantajear: ‘ah sí, pues voy a buscar que te metan a la cárcel, porque ya vendiste’. No hay que entrarle al juego”, advirtió el líder gasero.

Los entidades con más tomas más clandestinas detectadas son Puebla (556) y el Estado de México (193), las cuales acaparan más del 85 por ciento de la incidencia.

Para llevar a cabo el robo del gas, los delincuentes operan en complicidad de personal de Pemex.

“Al ducto le tienen que frenar la presión para hacerle el agujero, y luego volverle a subir la presión, tiene que haber alguien dentro de Pemex que avise y diga: tal día entre las 2 y las 5 de la mañana vamos a parar el ducto, no habrá presión, a esas horas hacen los agujeros y ponen las válvulas para que, cuando funcione, le abran a la llave; perforar un ducto con presión es muy riesgoso y difícil, se requiere de un gran nivel técnico”, dijo el empresario gasero.

En otros casos, los delincuentes simplemente roban los vehículos repartidores de gas, los cuales repintan y ponen a trabajar en la distribución del gas robado. De enero a septiembre de este año, se presentaron 105 denuncias ante la Fiscalía General de la República, por robo de pipas transportadoras de gas LP.

Aunque el Gobierno federal anunció hace un año el inicio de una estrategia contra el robo de gasolina de Pemex, delito comúnmente llamado “huachicoleo”, los resultados han sido negativos, y han aumentado el número de tomas clandestinas, y a la vez, al estar enfocadas  las autoridades en el robo de gasolina, se disparó el robo de gas LP.

Para combatir este crimen, como primera acción Víctor Figueroa urgió al restablecimiento pleno del Sistema de Registro Estadístico de las Transacciones Comerciales de Gas Licuado de Petróleo (Siretrac), una plataforma contratada por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para registrar las transacciones de los gaseros y atacar prácticas como el robo y la evasión fiscal.

Hasta diciembre de 2018, empresarios del ramo estimaban que 8% del gas vendido en el país era robado, generando pérdidas a la industria por 13 mil millones de pesos.

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