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MensajearMorelia, Mich; 07 de noviembre de 2016.- La recesión interna y la turbulencia financiera que provoca volatilidad cambiaria y fuerte caída de precios de las materias primas a nivel mundial, perfila a Michoacán a tener prudencia, así como una clara y precisa identificación de obstáculos productivos, fiscales y financieras que están presentes en la realidad económica de la entidad y del país, sugirió Heliodoro Gil Corona, coordinador de Proyectos Estratégicos del Colegio de Economistas del Estado de Michoacán (CEEM).
En el análisis sobre el Crecimiento Económico de Michoacán, durante el segundo trimestre del 2016, el economista señala que “el presupuesto estatal de 2017 es de corte contractivo, el deterioro de la flexibilidad financiera estatal persiste y la capacidad de generar ahorro interno sigue siendo precaria”.
En el Mirador Económico, destaca que “después de una recaída económica sufrida en Michoacán durante 2015, donde la actividad económica en su conjunto cayó en menos 0.7 por ciento, se espera un rebote durante 2016 que contribuirá a una transición de moderada expansión económica estatal que en 2017 no se podrá sostener”.
Y si bien, Gil Corona, reconoce que en términos comparativos de 2015 a 2016 en el segundo trimestre, la actividad total en las actividades primarias, industriales y de servicios manifiestan mejorías en sus desempeños en este periodo; en el segundo semestre se espera un menor crecimiento del Producto Interno Bruto Estatal con una tasa anual de 1.2 por ciento, “las expectativas son a la baja, con un trazo de la tendencia del ITAEE descendente”.
El economista concluyó que la expectativa para el 2017 “no es nada halagüeña, todo indica que el rumbo de crecimiento estatal será de 1.8 por ciento, crecimiento débil que obedece a la disminución de la inversión pública estatal y federal en el próximo año de un 62.8 por ciento, al bajar los recursos para obra pública de cuatro mil 609 millones de pesos a mil 851 millones de pesos del 2016 a 2017”.
