Triunfo de Sebastián Castella  en el regreso de la fiesta brava a Bogotá

Triunfo de Sebastián Castella  en el regreso de la fiesta brava a Bogotá
Autor: Óscar Tapia Campos / Noventa Grados | Fecha: 3 de Febrero de 2020 a las 07:37:00

Morelia, Mich., a 3 de febrero del 2020. - Contra viento y marea Casa Toreros, la empresa que tiene su sede en la Plaza de Toros Monumental de Morelia, dio ayer la primera corrida de la Temporada Bogotá 2020 con mucha aceptación, ya que asistió una multitud.

Sebastián Castella estuvo sublime, realizó dos grandes faenas y cortó una oreja. Morante de la Puebla y Miguel Castrillón no tuvieron suerte con sus lotes, pero dejaron constancia de su grandeza torera.
REGRESÓ LA FIESTA BRAVA 

Regresó la fiesta brava a Bogotá, Colombia. Después de mucho tiempo de estar secuestrada en esa ciudad canelera otra vez hubo corrida de toros para disgusto y pesar de animalistas que tuvieron que tragarse su berrinche, lo mismo que la alcaldesa, porque en vez de gobernar busca notoriedad valiéndose de la fiesta más bella de todas las fiestas.

Casa Toreros presentó un cartel de postín, habida cuenta que estuvo integrado por Morante de la Puebla, Sebastián Castella (entró en sustitución de Roca Rey) y Luis Miguel Castrillón, quienes torearon a muerte seis arrogantes toros macados con el fiero de Ernesto Gutiérrez.

Sí, sí, sí, regresó la fiesta brava a Bogotá de manera totalmente exitosa por la gran entrada que se registró en la Plaza de Toros Santamaría, donde miles de aficionados disfrutaron de la tauromaquia de tres diestros que salieron a realizar el toreo verdad.
GRANDES FAENAS

Como triunfador se alzó el matador galo Sebastián Castella, quien le realizó una faena excelsa al segundo de la tarde, pero perdió con el acero dos trofeos y se tuvo que conformar con una oreja; al quinto de la tarde, segundo de su lote, le pintureó tandas de gran calado, gustó y se gustó, pero nuevamente falló con la espada, escuchó un aviso y se fue ovacionado.

Morante de a Puebla estuvo en torero ante dos toros que no tenían ni un pase, pero el artista de los redondeles logró emocionar con el capote y dejar constancia de su maestría con la muleta. No estuvo certero con la toledana y se fue silenciado.

Castrillón bailó con la más fea, toda vez que el tercero de la tarde, primero de su lote, se lastimó una mano y no hubo manera de estructurarle la gran faena. El cierra plaza fue soso y sin un pase. El matador no estuvo fino con el metal. Silencio tras aviso y silencio.

La multitud salió contenta, alegre y amena porque nuevamente volvió a disfrutar de la fiesta brava en plena calma, fue tanta la asistencia que los animalistas no se atrevieron a cumplir sus amenazas porque brillaron por su ausencia. Así sea.

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