Dan trato y espacio destacados a la moreliana Hilda Tenorio entre los toreros más prestigiados de la historia

Morelia, Mich., 15 de mayo de 2018.- Las grandes hazañas y las historias brillantísimas de la condición humana se escriben con plumas de punto fino y tinta de oro, porque precisan acerca de lo más selecto de nuestra raza. Y de esa estirpe superior es la matadora moreliana Hilda Tenorio, por eso ha entrado por la puerta grande a los anales del Coso de Insurgente, en virtud de que le han dado un espacio preponderante en el libro de lujo, de reciente aparición, titulado “Homenaje a la Plaza México”, en el que se le destaca por tener la honrosa distinción de ser la primera mujer que se doctoró en ese redondel sagrado de la fiesta más bella de todas las fiestas.

Hilda Tenorio es su nombre e Hilda Tenorio es su categoría y prestigio, porque su grandeza se lee despacio y se deletrea sonoramente porque nadie más que ella ha esculpido con arte y valor la gran hazaña de doctorarse primero que todas en la plaza que da y quita, que es decir el santuario taurino más grande de todo el planeta, a donde llegó luego de brillar intensamente en todos los cosos del país y de haber triunfado tres veces en calidad de novillera sobre ese escenario taurino donde les sudan las manos hasta a los más grandes toreros del planeta.

Y ahora, Hilda Tenorio, por su grandeza, sus hazañas y su reluciente historia personal aparece en dos páginas del “Homenaje a la Plaza México. Más de 70 Años de Historia”, lo que la convierte en figura inmortal del Arte de Cuchares, ya que “muchos son los convidados y pocos los elegidos”, toda vez que solamente a los monstruos mayores de la historia se les trata allí tan destacadamente como se hace con ella.

Nuestra torera tomó la alternativa el 28 de febrero de 2010. Tuvo como padrino a Manolo Mejía y en calidad de testigo estuvo Ruiz Manuel. La moreliana debió enfrentar a muerte a dos torazos sexteños de la ganadería Autrique, bureles que un año antes había rechazado en la México porque con todo y que eran cinqueños no dieron el peso establecido en el reglamento, de tal suerte que cuando regresaron para que los toreara Hilda Tenorio estaban por cumplir los seis años de edad y su kilaje era mayúsculo. Así y todo, Hilda Tenorio le cortó una oreja al segundo de su lote.

Luego de recibir un ejemplar de ese libro de 350 páginas, la torera moreliana nos confió en tono de emoción mayor: “Es motivo de mucha felicidad. Justo en la dedicatoria que me escribió quien me regaló el ejemplar dice: ‘para Hilda, esperando que este libro sea de tu agrado, ya que en él contribuyes a ser parte de un legado en el cual nos regalas a muchos parte de ti’. Es bonito sentir que algo de lo que he hecho con mucho amor y esfuerzo logra tocar en lo más profundo de la gente. Este libro prueba que algo he hecho bien y que he vivido en lo que me gusta y que hay personas que disfrutan junto conmigo de lo poco o mucho que he logrado”. Así sea.