Pre-seminarios 2019: " arriesga, decide, ¡ven! "

Morelia, Michoacán., 14 de julio del 2019. - Con el lema: “Y dejándolo todo, le siguieron!” Lc. 5,11; del 14 al 19 y del 14 al 21 de Julio se vivirán en el Seminario Diocesano de Morelia los Pre-seminarios 2019, que son parte de la preparación y el acompañamiento para que los jóvenes con inquietud y anhelo vocacional por la vida sacerdotal, ingresen al Seminario y conozcan su dinámica comunitaria y de formación.

Durante el transcurso del año, los jóvenes con inquietud y anhelo vocacional han recibido acompañamiento a través de retiros, convivencias, misiones de Semana Santa, entrevistas personales, entre otras actividades, estas son la manera por la cual la Iglesia de Morelia les prepara para llegar al Pre-Seminario.

El preseminario es un tiempo para que los jóvenes conozcan más profundamente la dinámica de su posible ingreso y estancia en el Seminario y para que los formadores los entrevisten personalmente y les ayuden a discernir su decisión por formarse para responder a la vocación al sacerdocio.

Seguir a Jesús es apasionante para quien le responde generosamente: implica vencer obstáculos, superar retos y crecer ante las dificultades al perseguir el gran ideal de construir una sociedad basada en el amor, la justicia y la paz desde la base del mensaje de Jesús. Invito a todos para que hagamos oración por los jóvenes que participarán en los preseminarios y para que sean valientes y generosos en su respuesta al llamado de Jesús.

MORALIZAR A MÉXICO, TAREA DE TODOS.

En relación a la Cartilla Moral que el Gobierno Federal está promoviendo para su distribución, obra original de Alfonso Reyes (1889-1959), adaptada por José Luis Martínez, editada por vez primera en 1952, reimpresa por la Secretaría de Educación Pública en 1992 y en 2018. Ahora el actual Presidente, la recomienda como parte del proceso que desea seguir para llegar a la elaboración de una “Constitución Moral”, sostiene, con razón, que su Cuarta Transformación requiere una educación moral de la ciudadanía.

Es decir, que no bastan leyes para reformar la educación pública, la economía, la seguridad nacional, la política, para combatir la corrupción, para dar prioridad a los pobres y que haya equidad, para lograr respeto a la pluralidad y a la diversidad, si no hay un cambio en las conciencias, si no hay valores culturales, morales y espirituales, si no hay una base moral que nos lleve a nuevas actitudes personales y comunitarias.

Como Iglesia, estamos de acuerdo y no es contrario al Estado laico, pues no se trata de impulsar una religión, sino de cimentar los cambios necesarios en principios de * La Voz del Arzobispo, Comunidad Cristiana 14-julio-2019. moral natural, de una ética humana, fruto de la experiencia secular de la humanidad, para convivir en paz y en justicia.

La Cartilla Moral no es un documento propio de una religión, sino una serie de principios que, si se ponen en práctica, ayudan a vivir en una paz social. Estos son los temas que aborda: La moral y el bien; el hombre se educa para el bien; cuerpo y alma; civilización y cultura; los respetos morales; respeto a nuestra persona; la familia; la sociedad; la ley y el derecho; la patria; la sociedad humana; la naturaleza y el valor moral.

En ninguna parte hace campaña de una determinada religión; son sólo principios validos para toda persona, creyente y no creyente, para la familia y la sociedad. Como Iglesia Católica no la hemos promovido por dos razones: Porque la Sagrada Escritura, en particular el Nuevo Testamento, que nosotros predicamos, tienen eso y muchísimo más, pues la fe no se reduce a una moral, sino que es el encuentro experiencial con Jesucristo vivo, encarnación del amor misericordioso del Padre; tenemos los sacramentos, fuente de vida no sólo recta y honrada, sino santa, si es que se viven como debe ser. Y, además, porque no se puede utilizar la religión para apoyar un partido político, aunque sea el gobernante.

Usar la religión para un proyecto político, aunque sea bueno, es poner a Dios al servicio del césar reinante, y eso de ninguna manera es moralmente aceptable. Con todo, no reprobamos la buena intención de nuestro presidente, de insistir en que el cambio del país depende, en el fondo, de la conversión de las mentes, los corazones y de los comportamientos.

Como católicos estamos llamados a una renovación moral de nuestra sociedad, con ella vendrá la paz que tanto anhelamos, pero estamos conscientes que no usamos la religión al servicio de una política partidista.

Respetando el principio del Estado Laico que establece la sana separación de Iglesia y Estado, sin dejar de lado el diálogo y la mutua colaboración, la Iglesia Católica en México, apoya plenamente los esfuerzos del gobierno para moralizar la sociedad y propone la revisión de la educación y las leyes.

El gobierno tendrá que apoyar a la sociedad en general, a las organizaciones civiles con finalidades humanistas en particular y a las asociaciones religiosas para ejercer con mayor libertad su tarea, a fin de trabajar juntos en la superación del grave deterioro social y moral en que hemos caído. Sociedad, Gobierno e Iglesia estamos invitados a ser aliados, y a ser corresponsables de cada sector social y de cada dependencia gubernamental, colaborar por la elevación moral de las personas, nuestras familias y nuestra sociedad.

Por otro lado el tema de la distribución corresponderá a quien se le encomiende y a quien acepte realizarla. Lo pueden hacer los hermanos evangélicos, la Iglesia católica o a quienes la autoridad lo solicite y las personas u organizaciones acepten hacerlo.