La Morisqueta es el plato típico de la región de Tierra Caliente en Michoacán específicamente de Apatzingán

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La Morisqueta es el plato típico de la región de Tierra Caliente en Michoacán específicamente de Apatzingán
La Morisqueta es el plato típico de la región de Tierra Caliente en Michoacán específicamente de Apatzingán
Autor: Miguel Estrada García / Noventa Grados | Fecha: 26 de Septiembre de 2019 a las 17:05:00

Morelia, Mich., a 26 del 2019. - Este platillo es arroz cocido, servido con una salsa de jitomate, cebolla, ajo. Puede contener cubos de queso adobera, ranchero (o “fresco”, como se llama en esta región) semiderretido. Existen otras salsas de carne de puerco y de res. También suele combinarse con frijoles. Se acompañan usualmente con tostadas, totopos, o tacos dorados de papa, adobera o pollo que también se acompañan con salsa de jitomate, salsa verde (de chile) y col. conocida como Repollo, en la cual al arroz hervido con frijoles y salsa se la agrega un tamal y se baña con una vinagreta dulce con orégano.

En algunos lugares también se acostumbra servir la Morisqueta con el Aporreadillo (Carne seca deshebrada, es decir aporreada, la cual se fríe con huevo, guisada por lo general en una salsa de chile guajillo con comino), un platillo que para el norte de México se le conoce como machacado o machaca con huevo, obviamente sin la morisqueta (Arroz y frijoles).

CARTA DE PEDRO MURILO VELARDE (Misionero y Jurista)  “CIERTAMENTE, LA VIDA DEL MISIONERO NO ERA FACIL”:

Estando en Filipenas en 1725, escribió una carta y este fragmento es parte de ella.
El pan ordinario que comemos  en estas yslas es morisqueta, que es arroz cosido con agua, camiotes y varias rayzes. En Manila y aquí cerca ay trigo, pero fuera se reparte el bizcocho duro como pan bendito. No ay carnero, vino, aceyte, vinagre, nieve y casi nunca fruta, pero esto es lo menos que nos aflige porque suple con otras cosas la tierra.

El martirio lento que aquí más suele atormentar es la Soledad, pues en los pueblos apenas ay con quien tener un rato de conversación y así es preciso buscar diversión en los libros que suplan la falta de conversación.
Pedro Murillo Velarde, Geographia Histórica de las Islas Philipinas,cit.,p,76.

Publicado por primera vez en 1873, el libro escrito por el periodista y escritor español, Juan Álvarez Guerra, quien en el año 1871, el Gobernador General de las Filipinas, Don Rafael Izquierdo, le ordenó que escribiera una memoria acerca del estado político, material, y moral en las Islas Marianas.
El análisis presentado por Álvarez Guerra no se limita a los datos de su expedición cual fue necesaria para acumular la información para analizar, pero además provee una traza de la historia pre-Colonial...en este caso me ocupo de las diferentes apreciaciones que le da a la Morisqueta, por la que en los municipios de Paràcuaro, Apatzingán y Nueva Italia, se disputan su origen, así que usted forme su propio criterio de lo escrito por Juan Álvarez Guerra, al respecto.

La perspectiva de las bolas de morisqueta, sabroso pan del indio, se  atragantaron antes de probarlas, poniendo en su vista proa á la mural ciudad. A Enriqueta, le cumpliré mi palabra mandándole el primer ejemplar que salga de la imprenta: el Reverendo Padre á quien tuve ocasión de tratar sigue soltando nudos á su cordón, gastando fósforos, y hablando por supuesto en... bicol.
Juan Álvarez Guerra - Viajes por Filipinas: De Manila á Albay

Sobre la mesa presidencial campeaba una magnífica escribanía de plata, y á derecha é izquierda de aquella dos bangas, cuyas bocas las cerraba un papel pegado con morisqueta.
Juan Álvarez Guerra - Viajes por Filipinas: De Manila á Tayabas

Continuamente le atormenta la idea de que no le planchan los cuellos á la francesa, y la de que no toquen los barcos de las mensajerías en Manila. La probabilidad de tenerse que ir en un barco español y el ponerse un cuello planchado con morisqueta le hacen completamente desgraciado.
Juan Álvarez Guerra - Viajes por Filipinas: De Manila á Albay
Un pequeño campo le provee de arroz para su morisqueta; el río le brinda con la riqueza de sus pescados; el coco, le ayuda con las múltiples aplicaciones de sus hojas, sus jugos y sus fibras; el chile, fortifica su organismo; las hebras del abacá, cubren su cuerpo; las esbeltas cañas y los trepadores bejucos, le dan albergue; los verdes nipares, bebidas alcohólicas; y por último, refrescan su sangre los poéticos tamarindos.

Juan Álvarez Guerra - Viajes por Filipinas: De Manila á Tayabas
Huérfana y niña recuerda haber dado sus primeros pasos, en la caída de una casa grande. Pertenece á lo que se llama la dudosa clase de crianza. El nacimiento de las crianzas en su generalidad envuelve más de un misterio. La primera bola de morisqueta la hacen en casa respetable, y dan el título de tía á la dueña de ella. En Filipinas también hay sobrinas.
Juan Álvarez Guerra - Viajes por Filipinas: De Manila á Marianas

En los aristocráticos la pasan, se bailan habaneras y rigodones, se cantan trozos de ... cualquier cosa, y se bebe vino de Europa en vaso: mientras que en los la pasan tradicionales, en los puros tagalos, se empina coquillo, se baila cumintang, se canta cutang-cutang, se bebe en tabo, se come lechón, y por todo mantel está el verde césped, por todo tenedor los cinco dedos, y por todo pan sendas pelotas de morisqueta.

Juan Álvarez Guerra - Viajes por Filipinas: De Manila á Tayabas
Las impresiones, hábitos y costumbres de la infancia no se borran con facilidad; así que la morisqueta, el lechón, el pequeño buyito, el lancape, el petate en el suelo, el cigarrillo á hurtadillas, el pelo suelto y la decidida afición al poto, á la bibinca, al sotanjú, á la manga verde y al gulamán es muy difícil hacerlas olvidar: en cuanto á que dejen de coser sentadas sobre el petate y á que hablen castellano con sus criadas, eso es imposible.

Juan Álvarez Guerra - Viajes por Filipinas: De Manila á Albay
En cambio en la cuarterona es muy común encontrar tipos que no solamente no usan chinelas, sino que aun dentro de casa están oprimidas con el corsé y las botitas; cuarteronas que dicen no hablan tagalo, ni comen lechón ni morisqueta y que tienen cama en alto, suscripción á La Moda Elegante, batas encañonadas, pendientes largos y escote cuadrado.
Juan Álvarez Guerra - Viajes por Filipinas: De Manila á Albay
"De los indios aprenden todas las supersticiones, mil fábulas inverosímiles y absurdas que son tradicionales en ellos, y en una palabra todos sus usos y costumbres; así comen morisqueta con los dedos como ellos, y tienen marcada afición a sus golosinas y comidillas sucias de los indios."
T. H. (Trinidad Hermenegildo) Pardo de Tavera - El legado del ignorantismo

Conferencia dada el 23 de abril de 1920 ante la Asamblea de Maestros en Baguio
La casa era de caña y nipa, y todo su ajuar se reducía á dos lancapes, una mesa, una banga y unos cuantos tabos de coco, destacándose en las paredes varias estampas pegadas con morisqueta. El indio nos dijo llamarse Ambrosio, estaba casado y tenía dos hijos. Veamos las necesidades morales y materiales de aquella familia.

Juan Álvarez Guerra - Viajes por Filipinas: De Manila á Tayabas
El Alcalde rompió los parches que cubrían las urnas, que eran unas tripudas y relucientes bangas, obras perfectas de alfarería, llamadas en aquel día á contener dentro de su frágil barro la futura suerte del pueblo, por más que fuesen más tarde relegadas al último rincón del sajig de la cocina, ocupando la morisqueta ó el atole aquellas entrañas de barro, que albergaron los nombres de tanto, y tanto cabeza de... barangay.

Juan Álvarez Guerra - Viajes por Filipinas: De Manila á Tayabas
El permiso fue otorgado; la marinería encendió teas resinosas, proveyéndose antes unos de bombones de caña y otros de chiretas de coco, colocando en aquellos y en estas aceite y morisqueta, que habían de dejar como ofrenda dentro de la cueva, habiendo hecho previamente una protesta á la luz de las teas, reducida á implorar al espíritu de la muerte y hacer constar que si ellos llegaban hasta su mansión, era contra su voluntad, obedeciendo los mandatos del Castila.

Juan Álvarez Guerra - Viajes por Filipinas: De Manila á Albay
Sin embargo, y como una morisqueta de la Providencia, España dominó por trece meses más en un área de media legua cuadrada. La traición del sargento Moyano, en febrero de 1824, había entregado a los realistas una plaza fuerte y bien guarnecida y municionada.
Ricardo Palma - Tradiciones peruanas

Tan luego supo el cura nuestra llegada, nos hizo ir á su casa, en donde nos sirvió un almuerzo bastante bueno, dadas las condiciones del pueblo; no tuvimos pan, pero al que lleva algún tiempo en Filipinas esto no es obstáculo, pues cual el hijo del país, sabe sustituirlo con el arroz cocido llamado morisqueta.

SIGNIFICADOS DE LA MORISQUETA 

Thefreedictionary:
Morisqueta 
f. Ardid o treta propia de moros.
fig.Acción con que uno pretende engañar, burlar o despreciar a otro.

wordreference.com/definición/morisqueta:
Morisqueta
f. Mueca, gesto que se hace con la cara.

yahoo.com
En Buenos Aires, Argentina y aquí la palabra "Morisqueta" significa mueca o gesto que se realiza con la cara... Y tiene sus orígenes en la palabra [moɾis'keta] proveniente del portugués.
En Michoacán, México la morisqueta es arroz cocido sin sal y se acompaña con espinazo de marrano cocido con chile colorado,  y los chinos lo comen así como en México, comer frijoles en comidas y en Michoacán así le dicen a una -droga- como el- cristal-la -coca-ya llego la morisqueta por su color blanco

Academia Canaria de la lengua
Morisqueta es palabra general en español. El Diccionario de la Real Academia Española dice lo siguiente en relación a su etimología y significado:

Morisqueta. (De morisco y -eta). 1. f. Ardid o treta propia de moros. 2. Arroz cocido con agua y sin sal. 3. Carantoña, mueca. 4. coloq. Acción con que alguien pretende engañar, burlar o despreciar a otra persona.

Como se escribe Morisqueta en Árabe
حيلة 

Definición de "Morisqueta" según wiktionary:
Ardid o estratagema propia de moros.Mueca hecha con la cara.Arroz cocido sin sal.
Acción o gesto con el que alguien pretende burlar, despreciar o engañar a otro. 
El número de letras de Morisqueta es 10,y las palabras que aparecen en "Morisqueta":
- Et- Eta- Mor- O.- Orí- Qué- Ta

Morisqueta y el altiplano de Michoacán.

Iriving Leonard señala que en el complejo étnico de la sociedad barroca el México colonial existió también “una gota de sangre asiática”. Los inmigrantes que entraban por el Pacífico traían consigo oficios y técnicas útiles para la economía, como atestigua el viajero Thomas Gage en los años treinta del siglo XVII en la Nueva España con relación a la alfarería “los indios, y la gente china que han sido cristianizados y cada año llegan aquí, han superado a los españoles en ese oficio”[i].

El espacio geográfico y humano de la tierra caliente, tanto en Michoacán como en Guerrero, fue el receptor principal de tales viajeros, aunque en etapas posteriores de la historia de México se localizan individuos y grupos de origen asiático en el centro norte del país. He mencionado anteriormente el caso de marineros filipinos que auxiliaban en las obras de limpieza y renovación de los barcos, el carenado del Galeón, cuya presencia en el puerto de Acapulco fue mantenida desde el siglo XVII. Llevaron consigo usos y costumbres, como el vino de coco, o tuba, que aún se produce en algunas partes de Guerrero. Sin embargo, la aportación más importante de los asiáticos parece ser el cultivo del arroz, que implica la utilización de delicadas y laboriosas técnicas, desconocidas entonces por los mexicanos. 

El arroz fue adoptado felizmente en la dieta mexicana, incluyendo la versión malayo-filipina de cocerlo con carne de res o cordero y que aún se consume en el altiplano de Michoacán. Se le llama Morisqueta, aludiendo al origen islámico o morisco de donde procede. 
El arroz es hoy en día el acompañamiento ideal del platillo nacional, el mole. De este tema hablaremos más adelante, pues ofrece una oportunidad para conocer algo tan importante como la incorporación de elementos culturales complejos (cultivo-consumo-adaptación-cultivo) en el consumo nacional de la época colonial.

Iriving A. Leonard. La época barroca en el México colonial. FCE, colección popular, 1974, p.78

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